¿Crees que una decisión cambiaría tu vida?


Parece que es el momento...

Parece que por fin ha llegado...

Parece que debo responder...

¿Me agarro a la cuerda y tiro sin pensar en lo que viene encima y me arriesgo o espero...? ¿Espero...? ¿Espero...? ¿Espero a que las cosas se aclaren...? ¿Espero que lo difuso se vuelva claro?

¿Es más fácil taparse los ojos y tirarse a la piscina, no pensar, no preocuparse, ir hacia delante sin mirar...?

La vida está hecha de decisiones, continuas opciones a elegir, que van creando nuestra sustancia, van haciéndonos a uno mismo, marcando los pasos que hacen que cada uno de nosotros sea uno, si uno, el UNO, UNO MISMO.

A lo largo de nuestro recorrido nos enfrentamos a diferentes situaciones, nuevas circunstancias, encontramos personas, personas a las que podías no haber conocido nunca si no hubieras tomado "ese camino", "esa decisión"... Personas, lugares, costumbres, personalidades... todo aquello que nos hace, nos crea a cada uno, a cada cual tal y como es.
Todo lo que interviene en nuestra vida hace que sea nuestra propia vida.

¿Y nunca te has preguntado que te lleva a realizar tus propias decisiones?
Un si o un no, un blanco o un negro, un uno o un diez...
Una opción nos abre un camino, un camino nos lleva a otro camino, y ese camino nos termina llevando a otro camino... como una especie de ruta que nosotros mismos nos improvisamos a lo largo de una larga carretera que no parece tener fin.

Las decisiones... se nos plantan en nuestras narices y encima nos exigen una elección... Pero ¿si no decidimos? Si no decidimos no somos nadie, no somos nada, el recorrido se frena, estamos vacíos...
Viéndolo de este modo, ¿crees que el destino está escrito o lo escribimos nosotros mismos?



Ha llegado el momento en el que yo debo decidir. Estoy confuso, todo esta borroso y tengo miedo, miedo a lo desconocido... pero TENGO QUE DECIDIR... o me agarro o nunca lo haré...

Aferrarme a una mano difusa que no se si tirará de mi...

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